“La agricultura se ha tornado una actividad más errática y menos predecible”

24 · abril · 2009

Para el Director de Investigación y Desarrollo del Centro Avanzado de Gestión, Innovación y Tecnologí¬a para la Agricultura (CATA) de la Universidad Técnica Federico Santa María, Rodrigo Ortega Blu, la agricultura, principalmente la fruticultura, ha sido el sector más impactado por el cambio climático, lo cual a su vez, es una oportunidad para mejorar las prácticas productivas del país. Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), lanzado en el año 2007, el calentamiento promedio en el planeta ha aumentado en 0.74° Celsius. Un grado Celsius puede marcar la diferencia entre un período glaciar y uno interglaciar, y actualmente se ha registrado un incremento de cuatro grados en comparación a la mitad del siglo pasado, consecuencia atribuible al mayor archienemigo de la naturaleza: el calentamiento global. Uno de los efectos más latentes que ha producido este fenómeno en el mundo –y en Chile- es el cambio climático, el cual se puede apreciar a través del derretimiento y retroceso de glaciares; acidificación de océanos; desaparición de islas; y aumento y disminución de precipitaciones en diferentes sectores del planeta, entre otras. “Evidentemente se han producido cambios en  los patrones de precipitación, particularmente en la zona centro-sur del país. Se producen episodios de sequía cada vez más frecuentes como el ocurrido durante la pasada temporada en la VII y VIII regiones, afectando los rendimientos de los cultivos de secano, disminuyendo la disponibilidad de agua de riego y por ende, afectando la producción de cultivos irrigados. En algunas zonas del país, la ausencia de suficientes horas de frío ha afectado la brotación y finalmente los rendimientos y la calidad de fruta. Por otra parte, el aumento de la radiación UV producto del deterioro de la capa de ozono también afecta la producción frutícola produciendo daños por quemadura en los tejidos de los frutos”, explica Rodrigo Ortega, Director de Investigación y Desarrollo del Centro Avanzado de Gestión, Innovación y Tecnologí¬a para la Agricultura (CATA) de la USM. Cómo enfrentarlo El cambio climático puede afectar a todos los rubros económicos del país, pero dada la importancia económica de la fruticultura en Chile, ésta aparece como el sector más impactado producto del calentamiento global. “En términos globales, la agricultura se ha tornado una actividad más errática, menos predecible en términos de rendimientos, particularmente en zonas de secano, obligando a la incorporación del riego como un elemento clave para mejorar la productividad. Dado que el cambio climático parece inevitable a no ser que se enfrente globalmente, el país debe prepararse en términos de buscar nuevas áreas de producción, mejorar sus prácticas de manejo, particularmente de riego, y comenzar un programa de mejoramiento genético en busca de especies y variedades que puedan adaptarse mejor a las nuevas condiciones climáticas”, sostiene Ortega. Particularmente en Sudamérica, se ha apreciado un aumento de lluvias en sectores de Brasil y Uruguay, mientras que en zonas de Chile, Argentina y Perú, las precipitaciones han disminuido. Según el especialista de la USM, el calentamiento global puede provocar  incluso un desplazamiento de los cultivos hacia zonas donde antes era impensado producirlos. En el caso de Chile, se estima por ejemplo que la fruticultura de la zona central del país se desplazaría hacia la zona sur, producto de un aumento de la temperatura global. “A nivel global deben disminuirse las emisiones de gases que causan el efecto invernadero, particularmente dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y metano. En términos prácticos deben evitarse las quemas de rastrojos y otros materiales orgánicos, aumentar la eficiencia de uso del nitrógeno y minimizar el tiempo que el suelo permanece inundado, particularmente en el caso del cultivo de arroz, entre otras medidas. Paralelamente debe incrementarse el secuestro de carbono en el suelo, a través de plantación de bosques y la incorporación de materia orgánica al suelo, minimizando al mismo tiempo la labranza del mismo”, explica el también Investigador perteneciente al Departamento de Industrias de la Universidad Santa María. Aporte de la Universidad Santa María La USM, a través del Centro Avanzado de Gestión, Innovación y Tecnologí¬a para la Agricultura (CATA), ha estado trabajando en varios temas relacionados al cambio climático, entre ellos, la producción de biocombustibles que permite capturar el CO2 emitido a través de la combustión; el aumento de la eficiencia de uso de fertilizantes nitrogenados; el manejo de la materia orgánica, la agricultura de precisión y la creación de una nueva variedad de arroz, HARIKA-GS, que es mucho más precoz, requiere menos agua y es más estable en términos de rendimiento que las variedades tradicionales. "Es un tema del que hay que ocuparse en serio, que junto con ser un problema es una oportunidad para mejorar nuestras prácticas productivas para hacer de la agricultura una actividad eficiente y sostenible”, señala Rodrigo Ortega.

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