Las variables que podrían definir la supervivencia humana en Marte

30 · septiembre · 2015

Pedro Serrano, académico y uno de los impulsores del área de Arquitectura Extraplanetaria de la Unidad de Arquitectura Extrema de la USM, entrega las claves de un posible futuro en el planeta rojo, para el cual habría que vencer una serie de obstáculos climáticos y atmosféricos.

navio rotatorio para expedición a MartePor estos días, llegará a los cines chilenos la película hollywoodense “Misión rescate”, ambientada en Marte, justo cuando la NASA acaba de anunciar que encontró allí evidencia de agua líquida, un dato trascendental para las posibilidades de vida propia y futuras expediciones y asentamiento humanos en el planeta rojo.

Países como China, India, Francia y Estados Unidos, están desarrollando sus plataformas para la aventura espacial de la humanidad, apuntando a tener colonias humanas a fines de este siglo, tanto en Marte como en la Luna. “La ciencia y la tecnología espacial multinacional apuntan en esas direcciones, se requiere gran cantidad de imaginación, innovación y creatividad para vencer los obstáculos materiales, físicos, fisiológicos, psicológicos y temporales que amenazan esta aventura enorme de la humanidad”, expresa al respecto Pedro Serrano, académico y director de la Unidad de Arquitectura Extrema (ARQ-X) del Departamento de Arquitectura de la Universidad Santa María, quien ha analizado en profundidad el tema, gracias a la naciente área de Arquitectura Extraplanetaria en el Plantel.

Marte, que posee casi la mitad del diámetro de la Tierra, tiene menos gravedad y una atmósfera muy tenue, con una presión que no supera los 6,7 milibrares, muy escasos frente a los 1014mb de nuestro planeta. “Tan poca presión hace muy difícil mantener superficialmente agua líquida, la que incluso con muy bajas temperaturas debiera evaporarse rápidamente, por ello resulta interesante el descubrimiento de huellas de agua en algunas pendientes, y probablemente se trata de agua de surgimiento subsolar”, sostiene Pedro Serrano, indicando que, no obstante, a nivel de gases, el principal en Marte es el dióxido de carbono (CO2), lo cual sería ventajoso para nuestros vegetales.

Por todo lo anterior, el experto afirma que el ser humano en Marte, necesita una arquitectura inmediata. “Lo primero sería el traje espacial, que lo proteja de la escasa presión y le facilite, deposiciones, reciclaje, agua de beber y oxígeno para respirar. Con menos gravedad el movimiento humano será mucho más fácil”, señala. Luego del traje especial, la arquitectura siguiente, ya sea vehículo, arquitectura móvil o refugio, “deberá responder adecuadamente a estas condiciones primarias, incluyendo algunas tormentas de polvo y temperaturas muy extremas, que van desde -140ºC hasta 20ºC, con una media de 63ºC”.

Travesía extrema

Sumando y restando, todo indica que, en promedio, el viaje y estadía en el planeta rojo, según la ruta corta o la larga, sería de 21 o 30 meses, lo cual implica que, independiente del tipo de impulsor, sistema de “amartizaje” y recobro, el navío que transporte a la tripulación humana debe tener muy buenas protecciones y una arquitectura interna mínima, pero soportable, para un equipo entrenado y psicológicamente adecuado.

La NASA es uno de los organismos que, en el marco de esta experimentación, ha probado sus equipamientos en el Desierto de Atacama y la Antártica, inhóspito lugares que la Unidad de ARQ-X de la USM conoce bastante bien, con experiencias reales de diseño, arquitectura y construcción en la plataforma polar Antártica, diseño y construcción de Refugios Glaciares Extremos en montañas desiertas del norte, en Campos de Hielo Norte y Campos de Hielo Sur, además de experimentos con módulos de salvamento, ciudadelas inflables y habitáculos para emergencias.

“Hemos acumulado las capacidades y metodologías de diseño como para imaginar y proponer arquitecturas para el futuro extraplanetario de la humanidad”, enfatiza Pedro Serrano. “Tenemos experiencias reales de arquitectura de permanencia en expediciones extremas allí, aislados en refugios pequeños y sometidos a los peores climas del planeta Tierra”.

Por eso, cree que sería deseable que los potenciales participantes de una expedición a Marte, dispongan para el viaje de algún tipo de gravedad interna, por rotación, “porque ya se conocen las difíciles consecuencias fisiológicas de vivir tiempos prolongados en gravedad cero”, acota.

No obstante, una vez en suelo marciano, habría un enemigo más complejo: la radiación cósmica.

El refugio adecuado

Capsula glaciar MOP_ USM en Campos de hielo Norte 2010“Marte no tiene capa de ozono, ni suficiente atmósfera, ni campo magnético adecuado, para detener la radiación electromagnética de alta energía, que choca y atraviesa nuestros planetas”, enumera el académico.

Ante esto, una vez en Marte, hay dos opciones: una, que los refugios y abastecimientos transitorios –que debieran viajar con o antes que la tripulación-, se armen ingeniosamente, incluso utilizando materiales locales, más allá de los sistemas modulares y ensamblables del comienzo, desarrollando a futuro la posibilidad de cúpulas o pequeños enclaves con atmósfera y presión controlables, incluyendo árboles y plantas.

O bien, tomando en cuenta la radiación, otra alternativa sería buscar refugio “bajo Marte”. “Además de protegerse de ella, bajo la tierra habría acceso a agua en estado líquido, que mezclada con el suelo marciano, daría un muy buen material local, todo con un costo de infraestructura mucho más bajo”, asevera, algo que probablemente se sondearía a través de robots, que también serían los encargados de excavar y hacer el lugar habitable. “Un robot impresor 3D puede construir refugios y carcasas bajo la superficie de Marte, usando sólo los materiales locales y energía fotovoltaica captada eficientemente del sol”, proyecta el experto.

Siempre preocupados por acoger la actividad de la ciencia en zonas extremas, en un marco de sustentabilidad ambiental de las intervenciones que aseguren la superviviencia humana, la Unidad de ARQ-X ha impulsado esta área de Arquitectura Extraplanetaria. “Estamos iniciando un trayecto de pensamiento, innovación, propuestas, prueba y obra, en el contexto científico tecnológico, en este tema desafiante del presente y con tanto futuro por imaginar”, puntualiza Pedro Serrano.

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