Ciudades inteligentes: innovación al servicio de una mejor calidad de vida

6 · marzo · 2019

A través de un proyecto basado en blockchain, que permitiría realizar transacciones de energía sin intermediarios entre generadores locales con la red de distribución y otros usuarios, un grupo de investigadores del CCTVAL busca contribuir al desarrollo de smartcities. 

Que cuide el medioambiente, tenga un sistema de transporte eficiente, un gobierno diligente y transparente, desarrollo económico sostenible y una ciudadanía participativa; en definitiva, que todos vivan bien en ella. Si bien estas características pueden parecer utópicas, en la actualidad estos conceptos forman parte de las metas que las grandes metrópolis del mundo están trazando para convertirse plenamente en “ciudades inteligentes”.

Nueva York, Londres, París y Tokio son los principales emplazamientos urbanos del planeta que han avanzado en esta materia, según el último informe IESE Cities in Motion Index, estudio que mide el desarrollo de las ciudades en las áreas de capital humano, cohesión social, economía, medioambiente, planificación urbana, alcance internacional, tecnología y movilidad.

En Chile, un equipo de trabajo integrado por representantes de los ministerios de Economía, Fomento y Turismo; Secretaría General de la Presidencia y Transporte y Telecomunicaciones, conformaron la Agenda Digital 2020. Esta instancia tiene por objetivo ser la hoja de ruta para avanzar hacia un desarrollo digital del país, de manera inclusiva y sostenible, a través de las tecnologías de la información y la comunicación.

Una de las líneas de acción de esta iniciativa gubernamental apunta al fortalecimiento del nuevo ecosistema de ciudades inteligentes, enfocadas en la metodología de innovación social y abierta. Para concretarla, busca realizar pilotos regionales que impulsen el vínculo público-privado, a través del empaquetamiento y la transferencia del conocimiento resultante de la aplicación de estos programas iniciales.

Contratos inteligentes

Como una forma de anticiparse a los desafíos futuros de las smartcities, el Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVAL) está desarrollando un proyecto de aplicaciones de blockchain en transacciones de energía, que podría ayudar a sobrellevar el gran aumento de la demanda de electricidad que traerá el avance inminente de la electromovilidad.

“Nuestro objetivo es generar una plataforma informática entre los vecinos de una comunidad, para que sean capaces de vender o comprar energía a otro vecino o a la empresa distribuidora”, explica Werner Creixell, profesor del Departamento de Electrónica de la USM.

La administración de esta plataforma estaría a cargo de la empresa distribuidora y generadora de energía, que además guardaría las transacciones a través de blockchain y smart contracts, cobrando una cuota mensual. La idea consiste en eliminar la necesidad de una empresa validadora externa, fijando condiciones de tiempo de carga y precio de la energía de manera dinámica, para que tanto el usuario que carga como la empresa de distribución logren un acuerdo que los beneficie a ambos.

Esto se puede hacer producto de la tecnología de cadena de bloques, que elimina a los intermediarios de una transacción, descentralizando toda la gestión y entregando el control a los usuarios, quienes participan de una base de datos distribuida y segura. Para el ingeniero de proyectos del CCTVAL e integrante de la iniciativa, Leonardo Guerrero, este tipo de sistema “será la columna vertebral de varias soluciones futuras”.

“Como equipo creemos que, si bien muchas de las cosas que ahora se realizan en bases de datos centralizadas deberían migrar a blockchain, somos escépticos respecto a que todo deba desplazarse hacia este tipo de plataformas. Siempre es importante tener en cuenta el objetivo que se quiere alcanzar y buscar la mejor solución tecnológica para esto”, agrega Guerrero.

Planificación y anticipación para superar los desafíos

El profesor Creixell explica que esta tecnología tiene un gran potencial en el ámbito de la electromovilidad: “imagina cómo será el espectáculo de año nuevo en el mar en el futuro, cuando la mayoría de los vehículos sean eléctricos. En ese escenario, donde la población flotante aumenta en cientos de miles de autos, la demanda por energía será tan alta y en un tiempo tan acotado que la empresa distribuidora y generadora necesitará que quienes produzcan energía puedan compartirla, ya sea a ella o directamente a los usuarios que lo requieran”.

Respecto a la importancia de este proyecto, Creixell -que además es investigador del centro basal de la USM-, es enfático en recalcar la necesidad de avanzar hacia la transformación de nuestras ciudades hacia lugares inteligentes, ya que históricamente ha existido poca planificación en el crecimiento y desarrollo urbano.

“Hubo entre cuarenta y cincuenta años en que estos procesos ocurrían de forma espontánea, dictados por la necesidad, lo que lleva a que no se considere necesariamente el bien común. Por lo mismo, es fundamental comenzar a utilizar los datos disponibles, a fin de poder mejorar la calidad de vida de las personas, orientando las decisiones en las distintas materias que se condensan en las smartcities”, afirma.

Reportaje publicado en el tercer número de nuestra revista USM Technology Review. Mira la revista acá.

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